
Esta vez les ha explotado en la cara. Que un niño de 4 años sano, muera repentinamente siendo protagonista en Argentina de una campaña nacional de vacunación no es la mejor publicidad para aquellos que tanto interés tienen en inyectar sustancias tóxicas no declaradas a medio planeta.
Afortunadamente, cada vez son más los investigadores independientes que están analizando y mirando al microscopio el contenido de las ponzoñas inyectables disfrazadas de vacunas, así como todo tipo de sustancias sanitarias listas para inocular indiscriminadamente.
Jamás hubo pandemia, ni son vacunas, es un genocidio disfrazado de crisis sanitarias vilmente orquestadas.
El siguiente vídeo dedicado a la memoria del pequeño Santino, muestra las declaraciones de su madre entre lágrimas, así como las pruebas que están presentando investigadores independientes a fecha de noviembre de 2022 en los juzgados argentinos del veneno no declarado que se está introduciendo en productos inyectables sanitarios disfrazados bajo el nombre de vacunas.
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